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Aventuras y desventuras de Chemi en Londres

Zara London Tour

Ayer al fin conseguí contactar con el Head Office de Zara en Londres, pero sólo me sirvió para que me dijeran que la contratación la lleva cada tienda de modo más o menos independiente. Así que esta mañana he ido a un ciber chungo de aquí al lado a imprimir mi curriculum inglés y a fotocopiarlo en innumerables copias (en realidad no innumerables sino 10), y me he lanzado con esperanza e ilusión presumiblemente vanas a realizar el Zara London Tour. 

Primero he ido al más cercano, aquí al lado, en Victoria Street, y una inglesita muy mona me ha dicho que de momento no necesitan a nadie pero que se lo quedaba (no gracias a mi gallardo aspecto ni a mi purísimo inglés, sino porque ya tengo experiencia) para llamarme para una entrevista si en el futuro fueran a coger a gente. Muy bien. Después me he dirigido al vecino y pijo barrio de Chelsea, conocido entre otras cosas por un equipo de fútbol que tiene algo de dinero, viste de azul y cuyo entrenador es un tío muy majo y humilde, y por ser el lugar en el que David y Victoria Beckham concibieron a su primer hijo, y de ahí que le pusieran como nombre, precisamente, Chelsea. He ido primero al de Sloane Square, donde en un enorme y bonito Zara me ha atendido un chaval muy simpático, quien después de llevar un rato hablando (él) y chapurreando (yo) en inglés, me ha seguido hablando en castellano porque era español. Pero el mensaje ha sido el mismo: de momento no hay vacantes pero si fueran a necesitar gente me llamarían para entrevistarme. De ahí he caminado hasta el Zara de Brompton Road, en Knightsbridge, junto a los imponentes Harrods, los grandes y lujosos almacenes propiedad del papi de Dodi Al Fayet, quien supuestamente murió en París junto con su pareja, Diana de Gales. Ya en la tienda, de nuevo de gran tamaño y cuidado aspecto, me han atendido (ya no recuerdo quién, viva el Alzheimer) con igual simpatía y educación y hasta con las mismas palabras, que por ahora no necesitan a nadie pero que se lo quedaban por si bla bla bla. Guay, cero de tres, pero al menos me estoy comunicando en inglés con esta gente, aunque ya ves la dificultad, yo siempre digo lo mismo y ellos siempre dicen lo mismo, como para no enterarme. En fin, siguiente parada, Oxford Circus, donde en un radio de unos 200 metros hay nada menos que tres Zara. Entro primero en el que está propiamente en Oxford Circus, que es la calle más comercial de Londres y de toda la Gran Bretaña y está siempre abarrotada de turistas e incluso de ingleses deseosos de gastar estos graciosos billetitos con la cara de la insigne reina de Inglaterra. O lo que es lo mismo, un lugar en el que no me gustaría trabajar, porque ese Zara está siempre hasta los topes y sus pobres empleados van de un lado a otro corriendo y con una cara de agobio que no veas. Pues bajo a la sección de hombre y pregunto por un tal Juan Luis, como me dijo el chico de la Head Office con el que hablé, y le cuento todo el rollo y tal, y me dice que tienen que contratar a una persona para empezar a trabajar el 1 de octubre, que pronto empezarán las entrevistas y que me llamarán para una, ya que tengo experiencia previa y además vengo recomendado de la Head Office (¿recomendado?), lo que me da ya bastantes puntos. Así que bien, tengo ya grandes posibilidades de entrar en el único Zara de todo Londres en el que preferiría no trabajar. Pero bueno, sin desfallecer he ido al Zara que está más abajo, en la esquina entre Oxford Street y Bond Street (¿se llamará así por 007?, molaría, pero no creo), que es mucho más tranquilo, y en el que he recibido la misma respuesta que en los tres primeros. Bueeeeno. Vuelvo hacia arriba y voy hasta el Zara de Regent Street, que es en el que me gustaría trabajar si pudiera elegir: muy bien situado, entre Oxford Circus y Piccadilly Circus, muy bien conectado por metro vivas donde vivas, en una calle muy pija pero bastante más tranquila que Oxford Street (es decir, menos ventas pero más gordas, o lo que es lo mismo, menos trabajo y similares comisiones). Bajo a la sección de hombre (yo siempre diciendo que donde ya había trabajado es en hombre, que es mil veces mejor que en mujer, aunque se vende menos y las comisiones son menores, pero aun así vale la pena), donde no había casi nadie, y el hombre–típico–inglés que me ha atendido me ha dicho que sí que necesitan a gente, aunque también para octubre, que van a empezar las entrevistas pronto y que me llamarán porque tengo experiencia y todo eso. Así que guay, a ver si me pillan en éste. Pero no hay que dormirse en los laureles (sobre todo cuando aún ni siquiera los tienes sobre tu cabeza), y de ahí me he ido a la zona de Hyde Park y Kensington Gardens, donde hay otros dos Zara. Primero he buscado el de Queensway, junto a Notting Hill, en un barrio bastante tranquilo y multicultural, con gente y establecimientos de todo tipo por las calles. El Zara estaba en un desangelado centro comercial que no me ha gustado mucho, pero bueno, subo a la sección de hombre y la chica con la que he hablado me ha dicho de forma bastante estúpida que no que no, que no necesitaban a nadie ni nada; y yo, bueno, pero quedaos el curriculum (el CV, “siví”, como dicen aquí), y si en el futuro necesitáis a alguien, pues podéis llamarme, porque ya tengo experiencia y tal; y ella, bueno, si quieres, pero no te prometo nada eh. Nada, super maja, pero al menos he podido hablar ese rato ahí con ella bien, ¡un punto por mi inglés!, que ahí va, mejorando minuto a minuto (lo cual tampoco tiene mucho mérito, la verdad, teniendo en cuenta el paupérrimo nivel con el que me vine). Y de ahí he ido a High Street Kensington, no sin antes comprarme un bocadillo en un supermercado e ingerirlo en muy pocos minutos porque estaba ya desfalleciendo. Afortunadamente, el sitio estaba mucho más cerca de lo que parecía, y allí en otro Zara también bastante arregladete, el responsable de hombre, un chico negro muy grande y éste sí muy simpático, ha estado un buen rato hablando conmigo e interesándose bastante, y me ha dicho también que sí van a coger a alguien y que van a empezar a hacer entrevistas, y que cuenta conmigo. Así que guay, porque ahí también estaría bien trabajar, es una zona muy chula y tranquila y el que sería mi jefe parece bastante majo. Pero aún queda un Zara, el de Covent Garden, como no podía ser de otra forma, y que también promete estar siempre bastante concurrido, porque es una zona muy turística y comercial, así que tampoco es de mis preferidos, pero bueno, para allá que me he ido. Y nada, que tampoco necesitan a gente pero que se quedan el curriculum y etc, etc, etc. Dios, por fin, me he ido al metro y me he venido a Victoria y cuando he llegado a mi habitación en el hostel me he derrumbado en la cama, porque esto se cuenta rápido, pero han sido casi seis horas de largos pateos, varios viajes en metro y continuos esfuerzos lingüísticos. Y para no mucho botín, la verdad: tres promesas de entrevistas para empezar en octubre, lo que quiere decir que, si me cogen en algún Zara (que eso espero, al menos en la última entrevista sería la tercera vez que me preguntaran lo mismo: si no me cogieran ni en ésa querría decir que no merezco sobrevivir en una gran ciudad), pues eso, que aunque me cojan no cobraría mi primer sueldo, que tampoco sería gran cosa porque los extras los pagan con un mes de retraso, hasta finales de octubre… fecha que está bastante más allá de donde alcanzan mis recursos actuales… por lo que habrá que poner en marcha algún plan de emergencia… ¿prostitución?, ¿tráfico de drogas y/o de armas?, ¿dejar de hacer la comida de medio día y de utilizar el transporte público?, ¿andar todo el tiempo con la cabeza gacha a ver si encuentro un billete de 100 libras (que no sé ni siquiera si existen)?, ¿cantar en el metro (no, que hay que pedir permiso a las autoridades, y ya sabemos que a las autoridades del metro de Londres es mejor no contrariarlas…)? Son tantos los interrogantes y tan pocas las respuestas… 

Pero no importa, para eso vine, para meterme en problemas, así que ahora a echarle cara al asunto y a seguir hacia delante, siempre, y dentro de unos meses, cuando esté en un despacho de The Guardian en el Soho (no sé ni siquiera si tienen la redacción allí, pero bueno), recordaré estos duros inicios incluso con una sonrisa, un café en una mano, un bollo (o dos) en la otra, y hasta con algo de nostalgia…

5 comentarios

Air jordan shoes -

He best can pity who has felt the worse.

Cris -

Ánimo Chemi, que de aquí a sub-director del Guardian no queda nada. Bueno, aunque quizá llegues antes a subdirector de Zara, que tampoco está mal, jeje. Te examos de menooooooos!!!!

Carlos -

Ya te veo sumergido en la más fascinante de las atmósferas de los homeless británicos (aunque te lo advierto, en Londres hasta los homeless tienen pasta). Yo, por mi parte, seguiré tu camino mendicante para buscarme un alojamiento decente, pero esta vez chapurreando inglés con alguno de los aproximadamente 10 millones de personas que viven en la República Checa, entre los cuales espero encontrar a alguien que hable (chapurree) el mismo inglés que yo. Mención especial al momento estelar, cuando tenga que preguntarle a la dueña del piso (seguro que hija de dirigentes del Komintern soviético) si el piso tiene cafetera en checo (Cafeterovsky en pisovo there is?)

Raszia -

Tio, te veo en Valencia con el MAME...

xdddddddddd

Aquí estamos en el ecuador de las fiestas, y por ahora seguimos vivos aunque a duras penas.

El lunes si no he muerto me extenderé en un nuevo comentario. ;-)

Chemi -

Bueno, voy "mejorando" el blog, ya he incluido un collage de fotos de Londres que incluso parece profesional (ja!). Lo que no me gusta nada son los anuncios éstos de Google, pero no puedo quitarlos. Y perdonad si tardo un poco en contestar algún email, hoy sólo he tenido tiempo de venir al 65 a publicar este post, y ahora me tengo que ir ya, que dentro de nada toca cenar (malditos horarios ingleses).
¿Y qué os parece la pregunta antispam?, ja ja ja, no la he puesto yo, viene ya por defecto y no se puede ni quitar ni cambiar, ja ja.